Continúa la polémica. El expresidente Evo Morales volvió a negar este martes que hubiera utilizado algún arma de fuego durante la balacera del pasado 27 de octubre en el Trópico de Cochabamba. Hecho que inicialmente denunció como un “intento de aprehensión” y luego como un “intento de magnicidio”.
El mismo día del hecho y mientras relataba su versión de lo ocurrido a través de la radio Kawsachun Coca, Morales afirmó: “Yo he disparado a la llanta del carro que estaba ahí”.
Al día siguiente, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, dijo que “el pez muere por su propia boca”. Pues, según la versión de la autoridad, en realidad desde el vehículo en el que estaba Morales se hicieron disparos de armas de fuego en contra de los policías que estaban, supuestamente, haciendo un operativo antidroga.
Horas después, mediante sus redes sociales, Morales respondió a Del Castillo que “hay muchas pruebas” de que fue emboscado junto a su equipo de colaboradores, aunque digan que ellos dispararon. “Ninguno de nosotros llevaba ningún tipo de armamento”, remarcó.
“Esa partecita, mintiendo, tergiversando, que yo he disparado, nunca dijimos eso. Ahora yo tengo un problema: los aimaras, quechuas, (…) no perfeccionamos el castellano, esa es nuestra debilidad y esito tergiversan, son buenos para tergiversar”, señaló.
¿Intento de detención o de eliminación?
En otra entrevista con un canal argentino, Morales también volvió a contar su versión de lo sucedido y expresó su duda si el “operativo” fue para eliminarlo o para detenerlo.
“Me trasladaba (junto a otras personas) del municipio de Villa Tunari hacia Shinahota (…) y, al pasar por la Novena División del Ejército, nos ha sorprendido un carro parado bloqueándonos, nos dimos vuelta y otro salió de frente, era un operativo, será para detención o será para eliminación, (pero) esquivamos, salimos y empezaron a disparar casi a ráfaga”, sostuvo.ELDEBER