El excomandante del Ejército, el general Juan José Zúñiga, junto a otros cuatro exjefes militares que tenían el mismo grado fueron dados de baja de manera “definitiva” por la asonada que tuvo lugar el 26 de junio en la Plaza Murillo de La Paz.
La determinación, asumida por el Tribunal Superior de las Fuerzas Armadas, fue presentada ayer por el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, en una rueda de prensa. “Esta baja consiste en la separación definitiva del servicio activo, sin goce de haberes, grado, honores y uniforme”, explicó la autoridad a tiempo de leer ese dictamen.
El excomandante, que acaba de perder grados y honores, exteriorizó en varias ocasiones su respaldo al gobierno del presidente Luis Arce, incluso aludió al excomandante en Jefe de las FFAA Williams Kaliman, quien en 2019 solicitó la renuncia del Evo Morales en medio de una crisis política.
“No pierdan su tiempo golpeando los cuarteles en busca de kalimanes, ya no hay kalimanes, no pierdan su tiempo”, declaró Zúñiga en noviembre de 2023 para respaldar al presidente. Además, el militar cuestionó en varias ocasiones a la oposición a los que llamó “antipatria”.
Junto con Zúñiga, recibieron ese mismo castigo el vicealmirante Juan Arnés Salvador y los generales Marcelo Javier Zegarra Gutiérrez, Juan Mario Ponce y Franz Ordoñez. Estos militares comandaban las tres fuerzas, además de mandos de orden estratégicos y operativo.
Novillo anunció, además, que estos efectivos fueron remitidos a la justicia ordinaria, “para que exista una sola instancia investigativa” sobre este caso. “El caso de la baja es una medida estrictamente militar”.
“No pueden ser juzgados por dos instancias, por la jurisdicción militar especial y por la jurisdicción ordinaria. Habiendo prevenido primero la causa en la jurisdicción ordinaria (…) se ha remitido, en el caso de los delitos penales militares ante la justicia ordinaria, precisamente para que haya solo una instancia investigativa”, explicó.ELDEBER