En una madrugada marcada por la tensión política, el Congreso de Perú destituyó a la presidenta Dina Boluarte tras aprobar una moción de vacancia por “incapacidad moral permanente” para enfrentar la creciente ola de criminalidad en el país. La medida fue respaldada por 121 votos de los 130 posibles, lo que refleja un consenso parlamentario inusual en el convulso escenario político peruano.
El nuevo presidente interino es José Jerí Oré, abogado de 38 años y hasta entonces presidente del Congreso. Jerí asumió el cargo por sucesión constitucional, dado que Boluarte no contaba con vicepresidentes en funciones. Su mandato provisional se extenderá hasta julio de 2026, cuando se celebren las elecciones generales previstas.
En su primer discurso como jefe de Estado, Jerí prometió “construir las bases de la reconciliación nacional” y declaró la inseguridad ciudadana como el principal enemigo del país. “Las bandas y organizaciones criminales son nuestros enemigos. Vamos a ganar esa guerra”, afirmó con tono desafiante.
La destitución de Boluarte se produjo tras una serie de mociones impulsadas por partidos de derecha, que anteriormente habían bloqueado intentos similares. La presidenta, que llegó al poder en 2022 tras la caída de Pedro Castillo, se negó a presentarse ante el Congreso para defenderse, alegando falta de garantías en el proceso.
José Jerí, militante del partido Somos Perú, accedió al Congreso en 2021 como reemplazo del expresidente Martín Vizcarra, inhabilitado por el Parlamento. Su ascenso ha sido meteórico, aunque no exento de controversia: enfrenta denuncias judiciales por presunta desobediencia a la autoridad y una investigación archivada por violación.
Con Jerí como el séptimo presidente peruano en una década, Perú continúa inmerso en una crisis institucional que ha impedido la estabilidad política desde 2016. El nuevo mandatario se enfrenta al reto de garantizar elecciones limpias, combatir la delincuencia y recuperar la confianza ciudadana.