En un contexto político y económico marcado por la incertidumbre, Andrónico Rodríguez, candidato a la presidencia, elevó la voz con un mensaje que resonó más allá de lo político, un llamado profundo a la unidad, la soberanía y el renacer del país a través del compromiso colectivo.Desde el inicio de su discurso titulado “Unidad y Transformación de Bolivia”, Rodríguez apostó por algo más que promesas electorales.
Con un tono emotivo y firme, rindió homenaje a los movimientos sociales y a las figuras históricas que forjaron la democracia boliviana, recordando la revolución del 52 como símbolo de lucha y resistencia. “Nuestra historia no está escrita en tinta, sino en el sacrificio de nuestros pueblos”, declaró ante una audiencia diversa, compuesta por representantes de todas las provincias bolivianas.
Rodríguez reconoció los efectos de la crisis económica actual, señalando que decisiones desacertadas han llevado a un colapso que golpea con más fuerza a los sectores populares. Con las elecciones generales a tan solo 50 días, afirmó que Bolivia se enfrenta no solo a un proceso electoral, sino a un punto de inflexión histórico.“Este no es el momento de mirar atrás con nostalgia, sino de avanzar con responsabilidad. No podemos permitir que viejos modelos nos hagan retroceder”, advirtió en referencia a propuestas neoliberales resurgentes.
El candidato presentó un plan de transformación que pone énfasis en áreas claves como el agro, los recursos energéticos y la economía popular. La implementación de biotecnología, la industrialización del litio y una reforma fiscal pensada para pequeños productores figuran entre las propuestas más destacadas.
Pero más allá de las cifras, lo que se evidenció fue un compromiso con el rostro humano de Bolivia: el trabajador informal que sostiene su familia, la madre campesina que espera mejores días, el joven que no quiere migrar para tener futuro.Rodríguez insistió en que sin cohesión social no hay proyecto que prospere. Por ello, hizo un llamado a dejar de lado divisiones internas dentro del bloque nacional popular, apostando por el diálogo, la tolerancia y una visión común.
“La unidad no es una opción, es la única vía para transformar Bolivia”, subrayó.Con un cierre cargado de emotividad, el candidato no solo habló del mañana: invitó a construirlo juntos. Pidió que cada boliviana y boliviano vea en las elecciones de 2025 no solo una cita con las urnas, sino con la historia misma.
“Lo que nos une es más grande que lo que nos divide. ¡Vamos hacia un objetivo común con fuerza, unidad y determinación!”, exclamó, entre aplausos.Con esta intervención, Andrónico Rodríguez consolidó su visión: una Bolivia transformada no desde el poder, sino desde el pueblo.