El año 2025 marcó un profundo punto de inflexión en lo que fue uno de los sectores productivos más emblemáticos de Cochabamba: el lechero. El pasado 15 de abril, luego del último intento por lograr un acuerdo -entre Gobierno y los productores de todo el país- para elevar el precio de la leche que se entrega a la industria, los lecheros cochabambinos se declararon en quiebra.
Según datos de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), hace unos ocho años atrás la cuenca lechera cochabambina contaba con más de 6.500 asociados que producían 380 mil litros diarios y, actualmente, el número de granjas bajó a 3 mil y la producción cayó a 230 mil litros diarios. Las pérdidas calculadas por los lecheros es de Bs 2 millones diarios.
Los productores del alimento líquido a escala nacional habían presentado al Gobierno una escala de costos que explicaba que los Bs 3,50 que paga actualmente la industria por litro de leche cruda no cubría los costos de producción y pedían incrementar a Bs 6. Sin embargo, el ministro de Desarrollo Rural, Yamil Flores, endureció la postura gubernamental y dijo que con un incremento de Bs 0,50 era suficiente.
Los cochabambinos indicaron que la debacle del sector se inició con la promulgación de la Ley N° 204, del 15 de diciembre de 2011, que establece la creación del Fondo de Apoyo al Complejo Productivo Lácteo (Proleche), que establece que el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, “aprobarán anualmente -durante el mes de mayo-, una banda de precios a pagarse al productor de leche cruda y una banda de precios al consumidor final de productos lácteos seleccionados”.
El vicepresidente de la CAC, Rolando Morales, recordó que dicha banda de precios -que se revisa dos veces al año- en vez de mejorarlos, bajó de Bs 3,70 a 3,20 por litro de leche cruda durante el gobierno de Evo Morales, por lo que solicitó al Gobierno de Arce una nueva reunión para revisar los precios, dado que el 26 de abril se vence la Resolución Biministerial que fijó la última banda de precios.
A pesar de todo ello, son varias las desventajas que sufren los productores cochabambinos en comparación de otras cuencas lecheras, como las de Santa Cruz o de Beni. Aparte de la crisis de dólares, combustibles y bloqueos, el crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de Cochabamba ha desplazado las zonas productivas.
“Hemos sido ‘orillados’ por el crecimiento de las manchas urbanas a partir de los gobiernos (municipales) del ‘Cholango’ (Edwin Castellanos) y José María Leyes, que nos vienen arrinconando. Hemos tenido una extensión muy grande productiva ahí en la zona sur de Cochabamba”, lamentó Morales.
En ese marco, el presidente de la Federación Departamental de Productores Lecheros de Cochabamba, Juan Carlos Alegre, denunció que los avasallamientos están despojándolos de sus propiedades. “De ahí que las manchas urbanas van creciendo y ustedes, como medios de comunicación, saben que los grandes avasallamientos ni siquiera respetan esas propiedades agrarias que tienen el servicio de la función social”, aseveró.
A su vez, Alegre lamentó que el sector lechero sea el único regulado en su precio con una Resolución Biministerial. “De ahí que el productor lechero no puede subir (sus precios) como lo han hecho los porcinocultores, de subir de 20 (bolivianos) a 23, dependiendo del costo de producción. A diferencia de ellos, no podemos hacerlo”, remarcó.
El dirigente también señaló que otra de las desventajas de los lecheros es la dependencia de Santa Cruz en cuestión de alimentos para el hato ganadero, lo que encarece más aún sus costos de producción. “Somos casi el 90% dependientes en el tema de los insumos como cascarilla de soya, maíz, sorgo integral, prácticamente casi todo de Santa Cruz. Entonces ellos no tienen combustible, no hay cosecha y nosotros ‘tronamos’. Es por eso que muchos están en quiebra”, manifestó Alegre.
Por ello, justificó que los productores hayan salido a vender directamente el producto a las calles a Bs 6, desde el pasado viernes. “Nosotros como productores ya no podemos seguir haciendo la subvención con el pretexto de que hay una Ley de Seguridad Alimentaria y una revolución productiva. No podemos más. Muchos están decidiendo deshacerse de las granjas y si tienen las propiedades agrarias pues deshacerse de ellas, o en su caso venderlas o lotearlas”, agregó.ELDEBER