
La ofensiva del presidente Donald Trump contra los inmigrantes comienza a reducir su plantilla de trabajadores.
Unas 15 personas han dejado su compañía, Total Quality, desde que el mandatario ganó una batalla legal para despojar a los inmigrantes de Venezuela y Nicaragua de las protecciones temporales que evitan su deportación, afirma.
Si la Casa Blanca amplía sus esfuerzos, podría perder a cientos de sus trabajadores, que dependen de permisos de trabajo similares y serían difíciles de reemplazar.
Preocupaciones similares resuenan en empresas de todo Estados Unidos, a medida que la campaña de deportación de Trump parece cobrar impulso, y amenaza con reducir la oferta de trabajadores cruciales para la economía del país norteamericano.
Casi uno de cada cinco trabajadores en Estados Unidos era inmigrante el año pasado, según datos de la Oficina del Censo. Esto marcó un récord en datos que se remontan a décadas atrás, en comparación con menos del 10% en 1994.
Trump afirma que su administración ataca a las personas que se encuentran sin permiso en Estados Unidos, quienes representan aproximadamente el 4% de la fuerza laboral estadounidense.
Su promesa de llevar a cabo deportaciones masivas fue un elemento central de su campaña y un tema que le brindó un amplio apoyo, incluyendo el de votantes hispanos.
Su gobierno ha reanudado las redadas en lugares de trabajo, una táctica que se había suspendido durante la presidencia de Joe Biden.
Pero las medidas de la Casa Blanca han tenido un alcance mucho más amplio, apuntando a personas que se encuentran en Estados Unidos con visas de estudiante; suspendiendo la admisión de refugiados; y tomando medidas para revocar permisos de trabajo temporales y otras protecciones otorgadas a los inmigrantes por presidentes anteriores.BBC