
El presidente electo Rodrigo Paz comenzó a marcar distancia con la gestión saliente al introducir un cambio simbólico en la imagen institucional del gobierno. La comisión de transición ha sustituido la Chacana —símbolo que identificó al Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP)— por el Escudo Nacional en los documentos oficiales.
La medida, que anticipa el enfoque simbólico de la administración 2025–2030, representa un giro hacia los emblemas tradicionales del Estado boliviano. Con el nuevo membrete, desaparece uno de los íconos más representativos del gobierno anterior, abriendo paso a una estética institucional más alineada con los símbolos patrios.
Este cambio ha generado expectativas sobre la posible modificación de otros elementos simbólicos en el aparato estatal. Entre ellos, la Wiphala, la flor de patujú y la Biblia, cuya presencia en actos oficiales podría redefinirse bajo el nuevo esquema gubernamental.
La decisión ha sido interpretada como un primer gesto de diferenciación política y cultural, en un contexto donde los símbolos han adquirido un peso significativo en la narrativa del poder.