“Hay que recordar que Chile planteó una demanda que contenía cinco pretensiones, cinco pedidos. Todos estos pedidos han sido rechazados por no tener sustento jurídico, por no tener pruebas de respaldo”, señaló este mediodía el ministro de Relaciones Exteriores, Rogelio Mayta.
A tiempo de trazar una evaluación y conclusión sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La haya ante la “Disputa sobre el estatus y uso de las aguas del Silala entre Bolivia y Chile”, la autoridad resaltó que, para los resultados positivos de esta contienda, “fueron fundamentales las investigaciones de campo” efectuadas por las firmas especializadas contratadas por el Estado, “que verificaron que las aguas se originan en manantiales ubicados en territorio boliviano”.
Mayta detalló las determinaciones fundamentales difundidas por la Corte: que la CIJ rechazó el alegato chileno de que Bolivia incumplió obligaciones de derecho internacional; remarcó que las aguas del Silala discurren por canalizaciones artificiales y determinó que Bolivia tiene derecho a desmantelarlas cuando considere oportuno; determinó que Chile no tiene ningún derecho adquirido al uso total de las aguas, como pretendía en su demanda.
La autoridad enfatizó en que “prevaleció la estrategia boliviana dirigida a que este caso se pueda resolver en base a criterios científicos y al derecho internacional” y exhortó a que las opiniones que se viertan sobre el tema en general y sobre el fallo en particular, sean con criterio e informadas. Remarcó que desde abril toda la información del proceso es pública, y que toda persona puede acceder a los archivos de la CIJ y revisar todos los documentos.
“La conclusión del fallo debiera dejar muchas lecciones y una en particular: que países vecinos, antes de llegar a esta instancia de tribunales, debieran dialogar más y creer en ese diálogo”, concluyó.