La puesta en marcha de la Planta de Biodiésel I de YPFB en Santa Cruz marca un hito en el sector de los hidrocarburos y representa el inicio de la producción de biodiésel. Este logro no solo simboliza un avance significativo en el camino hacia el uso de energías renovables, sino que también consolida el compromiso con la política energética.
El biodiésel es un biocombustible renovable producido a partir de recursos naturales, como aceites vegetales, tales como la soya, la palma y el girasol, entre otros. Se utiliza como alternativa al combustible diésel convencional en motores diésel. La Planta Biodiésel I —que tiene una capacidad de producción de 1.500 barriles día— nace ante la creciente demanda de diésel oíl.
Además de la Planta de Biodiésel I, situada en predios de la Refinería Guillermo Elder Bell, en Santa Cruz de la Sierra, también avanza a la construcción de la Planta de Biodiésel II en las instalaciones de YPFB, ubicadas en la ciudad de El Alto. Esta segunda planta está en proceso de construcción y se espera que también comience a producir biodiésel antes de que termine el año.
Adicionalmente, YPFB avanza con el desarrollo de la planta HVO (aceite vegetal hidrogenado), una infraestructura de mayor envergadura diseñada para reciclar una amplia gama de materias primas, que incluyen aceites, aceite crudo y grasa animal, entre otros.
Estos recursos reciclados serán utilizados en la producción de diésel ecológico, lo que demuestra un enfoque integral en la utilización de recursos renovables y la reducción de desperdicios en el proceso industrial. Esta iniciativa refleja un paso significativo hacia la sostenibilidad ambiental y la diversificación de las fuentes de energía en la región.
La implementación de estas plantas industriales tiene impacto económico y socioambiental, ya que permitirá reducir la importación de diésel hasta un 65%, lo que posibilitará disminuir las erogaciones que el Estado realiza en la importación y la subvención a los combustibles.